Mientras fumaba sentado en el parque, frente al río, observó el juego de unos niños y se recordaba a él mismo como tal y sin quererlo se acordó de ti. De cuando jugaban en el riachuelo cerca de la casa de los abuelos (lugar en donde se juntaban) y del viejo sauce donde jugaban a colgarse de sus ramas a ser Tarzán o a cualquier otro juego que se les ocurriera. Cuándo se es niño se tiene mucha imaginación y energía pensó. Y cruzando el riachuelo, el galpón abandonado al lado de las vías del tren. Si, recordaba que se ponían cerca y afirmados de los viejos barandales que se negaban al paso del tiempo, para ver si el tren los derribaba con el viento...y de cuando los persiguieron un montón de avispas por haber derribado su panal. ja, ja ,ja, estábamos muy cerca del nido pensó.... y en ese momento palideció... un recuerdo oculto en lo más hondo de su ser, reapareció, nitido y casi real en su mente...El día en que le mostraste la madriguera que habías construido con los matorrales que ya sobrepasaban sus pequeños cuerpos de niños. Si, el recuerdo de ese cubil laberíntico que conducía a una especie de recamara o pequeño dormitorio en donde, sin saber, se desvistieron de infancia para luego vestirse de adolescencia... Ya nunca más fueron los mismos y desde ese día no se han vuelto a ver...Apagó su cigarro y se limpio la lágrima que recorría su mejilla.