El contrato
Con la primera bocanada de aire que se antepuso al llanto, el contrato con el
destino queda automáticamente firmado.
El primer punto deja estipulada que el contrato se puede disolver cuando él
destino y Ud. lo deseen. Tener en cuenta que el destino lo puede romper cuando
quiera pero Ud. para hacerlo tiene que llegar a un acuerdo con él.
El destino no dará explicaciones de por que lo rompe, en que momento y de
que modo. Tampoco le pedirá a Ud., si llegan a un acuerdo, por que quiere
romperlo. Él aceptara la ruptura del trato sin cuestionamientos.
El segundo punto informa que en principio su destino estará condicionado
por las decisiones que otros destinos tomen para él.
Entiéndase que el tiempo de este condicionamiento lo decidiera Ud.
Y en este segundo punto me e detenido a pensar...
La arena sé a empezado a mover como si algo enterrado en ella quisiera salir.
Y así fue. Una pequeña tortuga sale haciéndose palanca con sus patas
delanteras y avanza, desesperada, instintivamente hacia el mar. Esta muy
cerca de la vida placentera en él, pero también de la muerte en ese pico del
ave rapaz que la acaba de capturar. Lucha por zafar pero... En fin, muere
devorada.
Que suerte tuvo esa pequeña tortuga.
A roto el cascaron, se a sacado los escombros de arena de encima, corrió en
busca de la felicidad y murió.
Toda una vida, toda una vida de lucha buscando la felicidad, sin escuchar
advertencias, sin medir riesgos. Lucho por lo que mas quería, llegar al mar.
Pudría haberse quedado bajo la arena segura, hubiera vivido mas, de hambre se
hubiera muerto, obvio, pero hubiera vivido mas.
Ella no quería solo vivir y esperar, ella quería su mar y el mar estaba ahí, esperándola, su oportunidad de ser feliz, de nadar, de sentirse viva, no solo de
estar viva. Seguramente en esa gota gigantesca de agua salada los problemas
no hubieran cesado, pero ¿que importa tener problemas en el lugar que mas te
gusta y haciendo lo que mas te gusta? No todos lo entienden así.
Que suerte tubo esa pequeña tortuga.
Tenia algo por que luchar y arriesgarse, tenia una meta. Le quedo tan lejos
que no llego, pero la tenia.
Para cualquiera esa meta son diez metros, fáciles de andar, pero no para
cualquiera esos diez metros son una meta. No cualquiera tiene una meta, no
cualquiera encuentra en toda su vida una verdadera meta, y solo vive.
¿Esa tortuga pequeña tenia un destino marcado? ¿O ella izo su destino?
Insisto, que suerte tubo esa tortuga...
Fin...
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