En estos días tan tristes y llenos de miserias humanas se me vienen a tropel los buenos de recuerdos de personas buenas y que puedo decir, una de las personas más buenas que conocí es mi amiga Estrella.
Ella murió hace unos años atrás y en forma muy trágica, pero todavia me parece que estuviera aqui, me cuesta acostumbrarme a la idea de que no va a juntarse conmigo a caminar por el borde costero una tarde de verano para conversar de nuestras vidas.
Abrazados, abrazando nuestras vidas,
llorando nuestras alegrías y penas,
riendo con cada salida que tenía,
sobre cualquier cosa que fuera.
Ella resplandecía como el sol del amanecer cuando sonreía,
cuando hablaba era todo dulzura,
cuando oraba se paralizaba el aliento,
cuando miraba se calmaban los vientos.
Esa era mi amiga Estrella, el lado amable de Dios, su mano extendida diciendo, ¡Sí, existo y asi es un pedacito de mi!.
Esa era mi amiga Estrella, inclinada sobre mi existencia,
con una vida fugaz, pero cierta.
Esa era mi amiga Estrella, la necesito cerca tan solo un segundo para decirle, ¡Quedate!, ya atardece, toma mi mano y reza. |