Me llamo Salamy tengo 16 años y vivo en un pequeño pueblo en Senegal llamado Kolda, soy el mas pequeño de mi familia que esta compuesta por cinco miembros, mi padre Karim, mi madre Khady, mi hermana Aminata y mi hermano Abdu. Abdu era grande y fuerte, era el quien iba a las cosechas para cultivar y recoger el trigo, Aminata era quien hacía la comida para toda la familia, papa Karim a pesar de su edad seguía siendo un hombre muy fuerte y sabio, mama era la mas dulce y cariñosa no perdía su sonrisa a pesar de su grave enfermedad .
Un día en la fría brisa de la madrugada al primer canto del gallo papa me despertó y me dijo: --Hijo llego el gran día, prepárate saldremos en breve.
Enseguida me levante cogí algo de ropa y salí de la caseta, mama me dio su bendición y con lágrimas en los ojos nos dijo: --Que el señor ilumine vuestro destino...
Papa y yo emprendimos camino. Papa me contó que íbamos en busca de una vida mejor y para ayudar a mama con su enfermad. Nuestro destino se trataba de siete islas mágicas, papa me decía que allí podríamos tener una segunda oportunidad y que si luchábamos podríamos ofrecer una forma de vida mejor a los nuestros, que esa oportunidad nos la daría esas maravillosas islas.
Cuando llegamos al otro lado de Kolda me sorprendí ya que era la primera vez que veía la mar, era tal y cual la había soñado, la arena blanca, el reflejo del sol en el agua , como nacía una ola hasta como se perdía al llegar a las orillas mezclándose con arena... era algo muy bonito. De pronto me fije que había cuatro grandes lanchas de madera y una larga fila de gente subiéndose en ellas. En cuanto se subieron todos poquito a poco avanzábamos mar a dentro..., esto era un sueño para mí ya que nunca pensé en salir más allá de los campos de maíz, más allá de las praderas, más allá de las grandes montañas. Allí en mi pueblo veía pasar los días lluviosos, los días de verano cuando el sol pegaba fuerte y reflejaba sus rallos en el río, donde en la orilla descansaban a la sombra los animales o cuando el verano se arrinconaba para dejar paso a la primavera.... nunca soñé que hoy estaría aquí con las manos en el agua salado fluyendo entre mis dedos.
Ya llevamos días de viaje, ya no queda comida no hay agua, hay muchos enfermos ya todo se hecho a perder y lo peor de todo es que ya hemos arrojado a seis personas fallecidas al mar... hay frío, no hay ayuda y aun no esta la costa a la vista... ya no queda si no gotas de desesperación...
Horas mas tarde cuando solo quedaba miradas perdidas y algún que otro rezando por su vida... apareció un barco rojo con gente de tez blanca algo que me pareció muy raro.
Pero esa gente nos salvó, nos cobijaron, nos ofrecieron comida, mantas, medicina y hasta algo de ropa.
Cuando llegamos a la costa había mucha gente mirando y murmurando, algunos vinieron a ayudarnos y otros nos miraban con desprecios, algunos con penas, otros con furia y otros con curiosidad. Nos metieron en un coche grande blanco con una cruz roja, y me acorde del pueblo allí para trasladarnos usábamos una carrilla arrastrada por unos caballos o unas vacas .Cuando llegamos a nuestro destino nos bajamos del coche y entramos en un centro, allí había mas gente de mi color y hasta algunos hablaban mi idioma me puse muy contento y papa también. Pronto me hice amigos de unos chicos de mi edad.
Los días siguientes fueron mejores, nos ofrecieron ropa nueva y zapatos, algunos de la gente de tez blanca eran muy amables se reían con nosotros, nos enseñaban el idioma de ellos, jugábamos... todo esto era muy divertido... SOY FELIZ
--Salamy! Salamy! despierta. Cuando desperté papa me dijo que teníamos que irnos pero --pero... ¿por qué? si aquí estamos bien recibimos un buen trato... ¿por qué tenemos que marchar? -- Papa me dijo que no podíamos quedarnos porque nos volverían a repatriar en cuestión de días.... esperamos hasta la noche, saltamos las vallas y echamos a correr a correr... de repente papa se cayó inconsciente al suelo... Yo no sabia que hacer me eché a llorar y a gritar a llorar hasta que no pude mas.... de pronto sentí una mano suave y calida en mi espalda de una mujer blanca de pelo negro rizado con los ojos azules que me recordaron a la mar, la mujer era menuda pero desprendía mucha energía, empezó a hablar algo que no entendía, cogio a papa lo subió en su coche nos subimos y lo llevo a un hospital.
Papa había sufrido un infarto, cuando salimos del hospital, Carmen que así se llamaba nos llevó a su casa, era muy amable y parecía que vivía sola, la única familia que tenia era una simpática perrita a la que llamaba Laika.
Las semanas pasan y papa parece haber mejorado mucho y yo estoy yendo al colegio y estoy empezando a hablar el idioma blanco. En mi colegio hay gente de todas las edades y de todos los lugares y rincones del mundo, pero no tengo amigos y en mi clase se ríen de mi nombre, ¿es tan gracioso llamarse Salamy? bueno me gustaría saber por que no cuentan conmigo para algunas cosas ¿será por ser diferente a ellos? ¿Por mi color? me gustaría integrarme a ellos y aprender de su cultura así si un buen día vuelvo a mi pueblo contarles mis anécdotas... pero ellos me cierran las puertas.
Últimamente papa esta triste y no se por qué, porque tiene trabajo, tenemos un techo donde vivir pero...>
Papa > .
Con esas palabras me di cuenta de que ya ni me acordaba de mi familia de mi mama... se me encogió el corazón y rompí en llantos.
Pasaron días, meses ya echaba de menos Kolda, y papa me dijo que ya había ahorrado bastante dinero y que podríamos volver al pueblo, que podría seguir mis estudios en Dakar en la ciudad, y que llevaríamos a mama al mejor hospital para que le curaran el cáncer que padecía me puse muy contento. Carmen nos ayudo a conseguir billetes de avión para regresar.
Unos días mas tarde al llegar al pueblo me puse muy contento de volver a ver a mi familia, las islas podrán ser mágicas pero aun así prefiero mi pueblo ya que en el país de la gente de tez blanca, tenían una casa y un jardín y yo tenia mi caseta y todo el infinito campo, ellos tenían piscina y yo tenia todo el río, ellos tenían luces muy bonitas pero yo tenia la luz de la luna y las estrellas.
Cuando llegamos a la caseta estaba Abdul y Aminata nos abrazamos y nos reímos todos pero... y mama > preguntamos papa y yo, tras la noticia nos echamos a llorar y a sollozar, mama había muerto por su enfermedad, llegamos demasiado tarde... entonces me pregunto yo ¿de que sirvió ir en busca de fortuna si ahora no tenemos felicidad? ya nada volverá a ser igual pero aun así estoy contento de haber emprendido el viaje hacia las siete islas mágicas llamadas Canarias.
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