RÉQUIEM PARA UNA DESPEDIDA
Era un día de primavera,sin embargo el sol dormía detrás de las nubes y el cielo era gris.
En un lugar de la ciudad, un ser humano se despedía de este mundo, cansado y triste, con temor a lo que encontraría, tras el último suspiro; la mirada perdida, el corazón lento en su latir, por su mente paso como una película todas las escenas vividas en el mundo material, sonrisas, lagrimas, tristezas, miedos, dudas, silencios, noches de insomnio, días luminosos y alegres, amores vividos en profundidad, amores no comprendidos, equivocaciones, caídas, soledad y vacío.
Las horas avanzaban, y el mundo giraba como todos los días, cada uno con su afán por ser mejor, o peor, luchando por vivir, ignorantes que un semejante se preparaba para el último adiós.
Silencio en la habitación, el corazón fue despacio latiendo, la respiración se hizo imperceptible, los ojos muy abiertos para mirar por última vez su alrededor, buscando colores y paisajes. Pronto se apagaba la vida, todo quieto, sereno y por fin el último suspiro.....
Más tarde el comentario de los vivos que queda luchando, sin saberlo, sus lenguas pronuncian las palabras de siempre "así es la vida", "la delantera nos lleva"; mirándose unos a otros, buscando una respuesta, quedando en silencio, tal vez pronunciando una mida plegaria, o quizás con los pensamientos muy lejos de lo que presencian; algunos dicen que es mejor no pensar, solo mirar del palco lo que pasa en el escenario de la vida y de la muerte.
Palabras sinceras pronunciadas con emoción, palabras vacías pronunciadas por obligación; siempre lo mismo ¿que edad tenía?, ¿cómo fue?, que lastima partió....
Pero nadie de corazón siente una partida, cuando es ajena, solo están presentes para aparentar tristeza, para el que "dirán", para que el mundo los vea acompañar al que se va; que no es así, solos hemos venido y solos nos vamos, experiencia única, personal, egoísta.
Tal vez lágrimas silenciosas, pensamientos tristes, recuerdos, sonrisas nerviosas, temor de que a todos nos llegará la hora algún día, y partiremos igual; respiración lenta, laxitud, la mente recordando y el corazón lento, lento, y al fin el último suspiro, y allí queda el cuerpo inerte, que palidece, se hiela y llega la rigidez....
El alma se va, ya no hay vida ¿adónde irá?, no lo sabemos hasta que el reloj marque nuestra hora y nos despidamos del mundo, de la vida, de lo que amamos, del dolor y la alegría, de la culpa y el alivio que produce la partida..... |