Me pasa la cuenta,
las dolencias del corazón.
La desesperanza.
La locura
e incluso mi desenfreno.
No tengo ya palabras.
Me cuesta estar tranquila,
te quiero a ti conmigo,
aquí,
sin prejuicio alguno.
Un beso enorme,
un espacio entre nosotros.
Un pedazo de cielo,
de mar y de llanto.
Un abrazo lejano
un beso mentiroso que grita no te vayas.
La tragedia de nuestra historia, la constante cercanía masoquista.
Tus caricias, las mías.
Nuestras lágrimas, los arrepentimientos.
Lo que callamos, lo que hablamos.
Nos miramos,
nos dormimos
lejos,
mientras me metía en tu pecho,
en tu garganta.
Te vi lejano cuando te cansaste.
te vas
me dejas con el alma atada a los recuerdos.
Decidiste morirte sin ningún recelo,
sin esperarme,
sin hablarme.
Tuviste que haberme mirado a la cara,
haberme despreciado los besos, tuviste que haberme rechazado.
Para ahora no llorarte tanto.
Siento aún tus manos resbalandose en mi espalda, tocando mi cintura, besando mi cuello, sin querer decir basta.
Sin esperar un beso tibio.
Tus palabras me rompen el alma, tus abrazos me alejan de ti, tus palabras
han destruídos mis sueños de niña,
creí ser niña.
Creí que sabía volar, que estaba en lo cierto.
Mienteme.
Creí que me amabas
Que yo también te amaba.
Nos amabamos tanto.
Mienteme.
Dime que no te importo,
que viviré bien sin ti,
que no lloraré.
Mienteme.
Dime que no me amas.
Que no mueres por besarme.
Dime una maldita mentira, para no llorar
tu muerte.
Para no escaparme a lugares solitarios.
Dime que el tiempo lo cura todo.
Mienteme.
Nos besamos sin querer parar,
Como tocando el cielo,
como envolviendonos.
Como abrazando sueños.
Nos Besamos con desesperación,
como diciendo no te rindas,
como reclamandonos el amor que sentimos.
Nos Besamos sabiendo que podía ser el último.
Tu mano aún sigue junto a la mía, pero mi alma se fue en tu tumba.
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