Invertir
lo objetivo
con siluetas resonantes,
dibujar el paisaje,
luego vida y sombra.
Atar los cabos sueltos
desparramados en la sangre
y asumir la consecuencia dura,
que ilusiona y destruye al mismo tiempo,
sincera el acto mismo,
con ansias enclaustradas
en el pecho,
cual órgano funcionante
y alarga el diario,
motiva la existencia,
desahoga lo inapreciable.
Texto agregado el 27-09-2008, y leído por 649
visitantes. (2 votos)
Lectores Opinan
12-06-2009
es impreciso...1* murov3
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