Cae... no del cielo, sino al cielo de mi boca. Tocas energía, electrolito, y aun desausiada, me vengo. Te trago, te tomo; vuelvo en mí desvariada, acalorada, diluida. Entre sábanas cada mañana enredá y jodía: despierto.
Texto agregado el 27-09-2008, y leído por 129 visitantes. (3 votos)