Tabata era joven, su piel entre blanca y gris como la luna, su cuerpo hermosos entre encajes negros y rojos satinados, el cabello largo le volaba al caminar, estaba sola pero sabia sonreír y no precisamente con los labios sino que acostumbraba hacerlo con esos pequeños ojos que nadie miraba, estaba invisible, caminaba sin rumbo y cuando la noche llegaba en las calles se perdía con su sombra…-música y vino’’, eso pensaba…amor, amor, amor, amor, amor, amor, y esos eran ya suspiros, pero nada, en realidad Tabata se amaba, pero tenia curiosidad por el amor ajeno, quería saber si el podía hacer sentir…no¡, aquí comenzó, Tabata se enamoro, el no era perfecto, pero su estatura, su mirada, su presencia, su voz y demás cosas lo eran, era el un poco silencioso, tímido, peor no del todo .


No hablare mucho, daré pocos detalles, pues tal ves alguien note la identidad de Tabata y sepa bien de quien hablo, de quien narro la breve historia de un amor desordenado.


Eran mágicos los encuentros, Tabata aun recuerda su primer beso,’’ 16 de abril’’, así fue, lo recuerda siempre pues después ninguno le supo igual, este beso lo atesora tanto en la piel de sus labios. Eran pocas la veces que estaban juntos, no sabia si era verdad lo que el le asía sentir, ¡ella sentía ¡ y el también sentía?, jamás miraba a nadie, jamás toco a nadie, jamás suspiro, jamás soñó, jamás escribió para nadie mas que para el. Cuando la miraba ella existía, inexplicable pero cierto, no importaba si alguien mas lo asía, pues solo la luz que parpadeaba de sus ojos la desprendía de ese fantasmagorismo oculto entre su mente. Sentía amor, pero no, temo que no, Tabata se confundió, no era mas que, no se si sea un sentimiento, por ella el no sentía nada ¡nada¡. Ese amor no fue correspondido, entonces ¿Por qué los besos y carias? ¿Por qué las palabras? ¿Por qué?, le escribió cartas que explicaban sus razones, el porque de su sentir, le confesaba cuanto amor estaba dispuesta a dar, versos y prosa, mensajes entre líneas y al final de ellas, pero Tabata nunca las entrego, de algún modo ella sabia que era algo inútil pues tal ves no las leería o como era de esperar, no entendería lo que trataba de explicar…Tabata se convirtió en asesina, comenzó con un perro al cual enjaulo, le regó un poco de gasolina y prendió fuego, el animal gritaba, se revolcaba, ella lo miraba, disfrutaba de ese dolor, del sufrimiento, olía a carne quemada, un olor asqueroso, la peste, ella vomito un par de veces, pero después sintió una enorme dicha. Su segundo asesinato ocurrió en un callejón a plena luz de luna, no abría fuego sino el poder de una navaja, era un vagabundo, lo apuñalo, el gritaba, ella sonreía y se excitaba pues su alma gritaba también en la voz de aquel hombre. Mataba y ella nacía. Mas muertes, asesino no mucho mas de 9 personas mas…ella supo que estaba mal, que no debía, que no tenia control, que debía parar, que no tenia amor, solo el echo de existir entre gritos, sangre, llamas, dolor y soledad…decidió terminar, Tabata decidió morir...puso día, y aquel mismo le recordó cuando fue humano, cuando fue por primera vez mujer, así se sentía como aquel 29 de octubre, ‘’ maldita sea’’ ‘’ maldita sea’’, lo dijo una y otra ves mordiéndose los labios. Saco del cajón lleno de cartas que no entrego, entre la navaja y el alcohol, un pistola, un revolver ,se miro, estaba de frente, se apunto en la cabeza, jalo el gatillo y detono la bala, el sonido del silencio apareció, el espejo se quebraba, algunos de los vidrios se encajaron en su cuerpo pero no dolió, le disparo a su reflejo, ella merecía otra oportunidad. Después de haber matado no sentía culpa pero si una gran necesidad de salvarse. Tabata volvió, sintió amor por ella, aunque en el fondo oscuro de sus ojos, muy dentro de esa negrura aun cruzan rayos del rojo escarlata, de sed, de hambre por al muerte, aun se mira en sus pupilas la sangre de cada victima…