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Inicio / Cuenteros Locales / ValeriaBaeza / Relato de un testigo

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Eran las cuatro de la mañana, en mi ventana resbalaban pequeñas gotas de una lluvia tranquila, acababa de recostarme después de llegar de esa desalentadora cita con Fabián cuando sonó el teléfono.


-Bueno- conteste entre dormida y despierta.
-Lucia, soy yo, necesito pedirte un favor.
Si, era el, Fabián, podía reconocer su voz aun con la interferencia que causaba el clima, desde donde me llamaba se escuchaba como una fuerte tormenta azotaba el lugar, se podían oír los truenos, las gotas grandes, caros que pasaban por los charcos, pero lo que mas era su voz desesperada , angustiada y temblorosa.

-¿Que paso?
-Mira necesito que…
En eso alguien grito su nombre y se escucharon tres disparos.

Después de eso pase horas intentando localizarlo, hasta que la policía, pedían que los acompañara para reconocer el cadáver de alguien que tenia mi numero telefónico en la bolsa de su saco, una sensación de angustia recorría todo mi cuerpo, al llegar a la estación de policía y descubrir que aquel cuerpo pertenecía al hombre que acompaño mi soledad tantas veces me sentí petrificada. En su pie colgaba una tarjeta que lo ponía en calidad de desconocido.

-Se llamaba Fabián Martel, tenía 33 años y no tenia familia en esta ciudad, yo era todo.
-Y ¿usted que era de el? – me pregunto el inspector con esa confianza y esa familiaridad que yo no le había dado, como si tuviera derecho de entrometerse de esa manera en mi vida, como si no entendiera que todo que todo aquello me estaba matando por dentro y que sus preguntas eran lo peor que me podían pasar en ese momento, en eso pensaba cuando vi que cubrían el cadáver de Fabián con una sabana y lo metían a un enfriador , mis ojos no daban crédito , en eso volví a escuchar la voz seca del inspector que ahora era acompañada de un fuerte golpe en una mesa.

-¿Qué que era usted de el?
-Bueno, no estoy muy segura, vera, era algo complicado.
-¿A que se refiere?
-Éramos amigos ocasionales, por llamarlo de algún modo.
-Aja, ¿y cuando fue la ultima vez que se vieron?
-Ayer por la noche, estábamos en…

Mis palabras fueron interrumpidas por un tipo que desde la puerta llamaba al inspector, estuvieron ahí hablando un par de minutos, mientras volteaban a verme, en eso aquel hombre que no había hecho más que hablarme duro se acerco de nuevo a mi .

-¿Así que usted lo vio por ultima vez ayer por la noche?
-Si, así es, conteste inocentemente.
-Pues vera, según nuestras investigaciones, ayer el discutió con una mujer en un bar del centro de la ciudad.
-Si, ayer tuvimos nuestra ultima discusión, en un bar del centro.
-Muy bien señorita vamos a mi oficina para que me cuente todo lo que sepa del infortunado Fabián Martel.

Recorrimos varios pasillos de la estación de policía hasta llegar a una oficina con olor a humedad y que almacenaba tantos papeles sueltos como le era posible.

-Siéntese por favor- me dijo en un tono de orden más que de atención.
-gracias, pero prefiero quedarme de pie, tengo muchas cosas que hacer.
-Verá señorita, no nos estamos entendiendo, esto requiere tiempo para esclarecer el crimen de su “amigo”- esto último lo dijo en un tono de burla que me hizo enfadar más de lo que ya estaba.

Después de pedirme mis datos generales, el inspector volvió a su interrogatorio.

-Vamos por partes, donde se conocieron usted y Fabián y desde hace cuanto tenían algo que ver?
-Nos conocimos hace poco más de un año en un viejo café del centro , yo estaba ahí bebiendo algo cuándo se acerco y me pidió sentarse en mi mesa, estuvimos charlando por un par de horas hasta que el me acompaño a mi apartamento y desde ahí empezamos a frecuentarnos solo de vez en cuando, ni él ni yo pedíamos un compromiso ni lo exigíamos, solo eran encuentros ocasionales
-De que charlaron esa primera vez?-
-De su llegada a esta ciudad, venia en busca de mejores oportunidades de negocios, en realidad no se mucho de él, era una persona introvertida, le costaba mucho trabajo hablar de sí mismo, se que tenía una familia en algún lugar, aunque no estaba al pendiente, como le digo, a él no le gustaban los compromisos.
-Y cada cuanto de veían?
-Pues dependía mucho de sus salidas de la ciudad y de que ambos tuviéramos ganas de estar juntos, por lo regular nos veíamos dos o tres noches seguidas cada quince días, solíamos ir a bailar o por unos tragos, después pasábamos la noche en algún hotel o en mi casa, nunca me quiso llevar a la suya , pero como era una relación de no exigir nunca se lo pedí.
-Y como era él?
-Guapo, muy guapo, seductor, callado, muy reservado en sus asuntos, además yo nunca le preguntaba sobre cosas que no me importaba saber. Apasionado, cuando estábamos juntos siempre trataba de cuidarme y de que nada me faltara, creo que aunque era algo ocasional ambos sentíamos algo, a el le gustaba fumar mientras miraba por la ventana.

-Entonces, ¿usted nunca supo a que se dedicaba?-
-Solo se que viajaba con frecuencia y hacia importación y exportación de cosas.
-Y, usted lo amaba?
-Creo que si.
-Y el a usted?
-Supongo que también.
-¿Conoció a alguno de sus amigos?
-Solo a uno, Roberto, un tipo que siempre interrumpía nuestras citas para hablarle de sus asuntos, creo que tenían negocios.
-¿Cómo fue la cita de ayer?
-Nos habíamos visto anteayer, ayer llamo a mi casa para que nos viéramos ala una de la mañana en ese bar, me puse un vestido verde que me trajo de uno de sus viajes y los zapatos que tanto lo seducían, medias negras, perfume en el escote y los labio rojos, quería que la pasáramos bien, llegue al bar y el no estaba me pareció muy extraño por que el nunca fue impuntual, me senté a esperarlo en la barra, cuando llego me beso el cuello, inmediatamente supe que era el, era muy fácil reconocer sus labios. Ordeno un martíni para mi y un tequila para el , me estaba diciendo lo maravillosa que lucia cuando llego Roberto a decirle que había un asunto pendiente, que salieran para hablar, se fueron por espacio de cuarenta minutos, cuando regreso estaba muy nervioso y derramo el tequila sobre mi vestido verde, yo me sentía furiosa de que me dejara ahí sola, así que estaba en la disposición de marcharme cuando me sujeto fuertemente del brazo y me obligo a sentarme, estaba muy violento, nunca lo había visto así .por lo que decidí safarme y salir del lugar, el me alcanzo y me sujeto de la quijada y me ordeno que me quedara con el, que había que reponer el tiempo perdido, yo estaba muy molesta por su manera de tratarme y lo avente no sin antes gritarle que ya no quería nada con el.
-¿Por qué tomo esa decisión?
-por que nunca lo había visto así y su actitud me asusto, así que como pude Salí del bar y tome un taxi, la discusión duro mucho y de tanto gritar tenia seca la garganta. Salí de ahí pensando que era un imbecil por haberme tratado de ese modo y en verdad no tenía ganas de volverlo a ver.

-¿Por qué se vieron tan tarde?
-Por que yo había ido a una fiesta con unas amigas y me iba a desocupar hasta esa hora, después fui a mi casa a cambiarme y de ahí a la cita con Fabián.
-¿y entonces después de que se fue del bar el la llamo?
-Si, yo ya estaba dormitando cuando sonó el teléfono.
-¿Y que le dijo?
-Que necesitaba un favor, no alcance a escuchar mas, en eso sonaron los disparos y no supe de el, después intente encontrarlo en los lugares que frecuentaba, pero nada.
-Su cuerpo fue encontrado muy cerca de el bar donde habían estado antes, su numero telefónico fue encontrado en la bolsa de su saco, sospechamos que sus asesinos vieron a quien llamo, pero es solo una sospecha.
-Este bien inspector, creo que debo irme.
-Esta bien, le agradecemos su cooperación y si sabemos algo se le notificara.
-Gracias.

Salí de la estación de policía con un vació enorme, por mi cara resbalaba algo, creo que eran lagrimas, pienso en Fabián y en sus caricias mientras bajo las escaleras de la entrada, desde un auto me observan, sin saber que mi signo en capricornio y mi día favorito el domingo me disparan en el pecho. Quizá pensaban que yo sabía los asuntos de Fabián y eso era suficiente razón para matarme, pero si yo no sabia nada, solo que lo amaba, que les temía a las arañas y a la oscuridad. Mi cuerpo callo al suelo y ahora de mí pie cuelga una etiqueta que dice: Lucia Terán, asesinada.








Texto agregado el 25-09-2008, y leído por 171 visitantes. (2 votos)


Lectores Opinan
25-09-2008 Desde un punto de vista lógico, no puede existir un cuento relatado por alguien muerto. Salvando ello con una debida licencia, te diría que la historia no tiene asidero literario. En lo estructural, se explaya demasiado en el interrogatorio, que no conduce a nada, y en un párrafo cambia el sentido y convierte a la inocente voz relatora en parte activa del drama. En cuanto al estilo, hay oraciones muy extensas y algunas faltas ortográficas y de sintaxis menores. No obstante, es meritoria la intención y se rescata un genuino interés por la escritura, que deberá ser acompañado de mucha lectura de los clásicos, donde se abreva el saber literario. Mis mejores deseos. Salú. leobrizuela
25-09-2008 me recuerda un poco a casablanca, esta bueno tysoe_osol
25-09-2008 Es muy bueno! tienes mucha imaginación y mucho talento para escribir :D isisz
 
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