El Principio de Incertidumbre de Heisenberg, uno de los pilares sobre los que descansa la Mecánica Cuántica, establece, en su forma clásica o canónica, que es imposible conocer simultáneamente la posición y la cantidad de movimiento de una partícula. Esto es, que si uno determina la ubicación de una partícula como un punto en un sistema de coordenadas, entonces es imposible conocer su cantidad de movimiento (el producto de su masa por su velocidad); y a la inversa, si uno conoce la cantidad de movimiento de la partícula, no es posible decir donde está.
En realidad, el Principio de Incertidumbre se aplica a cualquier par de variables de las llamadas conjugadas. Saltándome las matemáticas, dos variables son conjugadas cuando no puede conocerse su valor simultáneamente; como por ejemplo, el ya citado caso de la posición y la cantidad de movimiento de una partícula. Pero el concepto de las variables conjugadas y el Principio de Incertidumbre tienen una aplicación poco conocida en el campo de las relaciones románticas; y la ignorancia de esta aplicación poco convencional es la causa de que la gran cantidad de maridos y esposas engañados nunca sospechen nada.
La ubicación de una persona comprometida, y su compañía, son variables conjugadas para su pareja: es imposible que las conozca simultáneamente. Si por ejemplo, un esposo llega tarde a casa y dice que estuvo en el bar con los amigos, sólo uno de los dos datos es verdadero: si estuvo en el bar, no estaba con los amigos, sino tomándose una copa con la rubia que trabaja en su oficina; y si estuvo con los amigos, no estuvo en el bar sino en el nightclub, en noche de camisetas mojadas. Si tu novia llega tarde a una cita y te dice que estuvo tomándose un café con su amigo Ángel, sólo uno de los dos datos es verdadero: si estuvo tomando un café, no fue con su amigo Ángel sino con otro que tú ni siquiera imaginas que existe; y si estuvo con su amigo Ángel, no estuvieron tomándose un café. Es así que un conocimiento aunque sea elemental de las leyes de la Mecánica Cuántica es muy útil para evitar unos adornitos en la frente. ¿Alguien dijo mu?
Pero en su forma clásica, el Principio de Incertidumbre también es aplicable a las relaciones. Si después de atormentarlo o atormentarla con preguntas insistentes, el gordito de tu marido confiesa que estuvo con la rubia que trabaja en su edificio, o tu novia confiesa que se demoró con un antiguo amigo que tú no conoces, entonces, lo que nunca, nunca podrás saber, es cuál fue su cantidad de movimiento. ¡Oh, la ciencia, con lo grande que es, y que tenga tan grande agujero!
En fin, considérense advertidos de que es necesario conocer las leyes de la Mecánica Cuántica para no acabar como los venados. Y ahora me voy, porque mi mujer acaba de llegar y quiero hacerle un par de preguntas. |