Panico en la Bahia de Ocoa
Aquella mañana de agosto, mientras estábamos en formación, cuatros alférez de fragata levantábamos nuestra mano derecha para jurar defender la patria.
Estabamos entrenados para destruir navios, eramos un grupo de respuesta rápida y operábamos bajo cualquier condición en que se encontrara el mar.
Habiamos sido entrenados por el italiano Elio Capozzi, el francés Jean Claude Lachapelle y el teniente de navio Manuel Montes Arache.
El mismo dia de celebración de nuestra graduación decidimos formar un equipo de pesca submarina que se llamaría Los Chupafondo el nombre provenía de que para nosotros no había profundidad donde no pudiéramos bajar al fondo.
Aquel domingo de septiembre salimos hacia la Bahia de Ocoa que es una zona marina donde abundan los pargos y las enormes chernas de trecientas libras en sus cuevas pero también los tiburones.
Partimos en la PT-50 de la Marina de Guerra MG-22 llegando a nuestro destino a las 06.
Las aguas estaban claras y divisamos un par de tiburón que suele aparece en la bahía que es un santuario de estos escualos.
Estabamos entrenados para enfrenta los tiburones. El tiburón debe ser enfrentado permitiéndole que nade directamente hacia ti y cuando se acerque se le pega con la culata del rifle arpon en la nariz, esto es suficiente para que el escualo se aleje.
El tiburón es inofensivo mientra no haya sangre en el mar pues este pez huele la sangre a varios kilómetros de distancia y el movimiento brusco dentro del agua también es peligroso pues atrae su atención.
Eramos dos grupo de pesca Marcial y Pitin y yo con mi compañero Pocholo sumergimos hasta las cuevas que estaban a 80 brazas todo estaba QSL los rifles arpon, los tanques de oxigenos y nuestros equipos de comunicación.
De repente Marcial nos pidio apoyo pues había arponeado un enorme atun que iba en un cardumen, Pitin le disparo el segundo arpon y fallo. El pez estaba a punto de escaparse cuando sobrevino el mas grave error que pueden cometer un buzo, Pitin le clavo tres veces su cuchillo de pesca submarina y el pez comenzó a coletear y a votar sangre a borbotones.
, le dije

Pitin me contesto váyanse ustedes a buscar auxilio que yo lo enfrento con mi lumpera que la traje conmigo y luego me meto en la cueva.
Habia que emergir las siluetas grisaceas se multiplicaban rápidamente y había que hacerlo rápidamente o de los contrarios corriamos el riesgos de que sus grandes fauces atraparan nuestras piernas al subir a la lancha.
le dije a Brito.

Pocholo y yo bajamos en un bote Zodiac a dar el reporte de la situación a los oficiales que llegaban en el helicóptero.
me dijo el comandante de los hombre rana, Manuel Monte Arache>>
Monte Arache venia companado de los
Teniente de navio Capozzi y Lachapelle y tres hombre ranas mas.
Los cinco hombres ranas que vinieron a darnos su apoyo mas nosotros dos nos sumergimos rápidamente en dirección a la cuevas, esta vez llevabamos rifles arpon de choque eléctrico, neumáticos y dos lumperas con cartuchos.
Cuando vimos una de la chapaletas de Pitin aderida a un pedazo de sus pierna nos dimos cuenta que habíamos llegados tarde, el operativo de salvamento había sido fallido.
Ya en la superficie el comandante Montes Arache ordeno que despejaran la playa de curiosos y ordeno a la Corbeta General Luperon que lanzara cinco bombas de profundidad para limpiar la costa de los tiburones asesinos.
Cinco disparos de salva, un féretro con la bandera encima y una lagrima recorriendo mi rostro por mi compañero Pitin ido a destiempo.
Nota: La Lumpera es un rifle arpon disenado para llevar en su punta un cartucho calibre doce el cual hace explosión con el contacto.