Perdida, taciturna, tras la ingesta de una breve y triste melodía
Con el cuerpo hundido sobre aquel colchón desvencijado…
Con la mente en gris y pensamiento obnubilado…


Inerte y fija su mirada cristalina…
Es quien conserva empecinada una
Tristeza honda…


Y entre melódicos y rimbombantes golpeteos
Una voz lejana y grave me susurra:

No pudiste, no podrás
Escuchar lo que ella dice
No pudiste, no podrás
Cuando la tristeza haga destellar sus ojos…


Y mi puño que aun lado retraído estaba
Se deshizo a prisa para acariciarle un poco…



Blanca y fría como la nieve
Es su piel y tesitura…

Hosca incorruptible es
Quien permanece quieta…
Su imagen, su figura…


Y entre melódicos y rimbombantes golpeteos
Esa grave voz de nuevo me susurra:

No pudiste, no podrás
Escuchar lo que ella dice
No pudiste, no podrás
Cuando solloce sola y triste…

Y aun así, entre melódicos y rimbombantes golpeteos
Con una mágica tonada de canción de cuna…

Casi no podía oír lo que desesperadamente me decía:

Tú le quieres, yo lo sé
Y también puedo sentirlo…
(Soy tu corazón)


Mis dedos descendieron bruscamente
Sobre su inerte y cristalina mirada…
Aplastando aquel teclado que frente a mí descansaba.

Y es entonces así…

Que volví a cerrar la ventana,
Aquella página web…

(Donde su foto yacía.)



By.skM.