Eran ya las 7 de la noche, el sol había caído, y aquel bello espectáculo se esfumo como lo hacia el humo del cigarro que se consumía en sus dedos. Sentado en aquel lugar iba perdiendo poco a poco, golpeada tras golpeada, la esperanza de ver aquella sonrisa que lo había manipulado y llevado hasta el lugar donde yacía sentado… esperándola.
El juicio de Iván estaba dividido, se sentía estúpido esperándola, tal vez justo esa noche no pasaría por aquel lugar y la espera, por lo tanto, hubiese sido en vano; sin embargo la satisfacción de verla, de olerla, de sentirla era igual de portentosa que la contraparte; y tal vez mucho, muchísimo más, puesto que la “humillación”, como el la llamaba, era un precio cómodo para lo que pretendía ganar… verla.

7:15 la angustia e impotencia se hacían cada vez más agudas, trataba de no pensar afanándose monotamente en saborear el tabaco, consiguiendo por tanto pequeñas fluctuaciones de calor mezcladas con escalofríos; el horizonte no yacía despejado, pero para Iván estaba desierto como si el tiempo se hubiese estancado, utópico y nauseabundo, simplemente esperándola.

7:20 logra distinguirla desde antes que se asome siquiera; ahí esta, logra verla, tan cándida como siempre.

-Hola (Iván se pone de pie, interceptándola con temor)
-Hola…
-¿Tienes unos minutos? Quisiera hablar contigo.
-Bueno… no te conozco… y …
-Espera; se que no me conoces, pero siempre te veo pasar, siempre te espero aquí, digo, siempre me siento aquí… mi nombre es Iván, ¿tu, cual es tu nombre?
-Yarize, (al decir esto sonrió, y su rostro perdió toda aquella sorpresa que hubo manifestado en un comienzo) -Entonces, ¿quieres sentarte?, solo es un momento.
-¿por que no?, pero solo un momento, ando un poco apurada.
Iván no dejo de acariciarla con los ojos, no había planeado nada, no sabia que decirle, simplemente la miraba. Pero era consiente de que si no reaccionaba pronto la iba a perder. Pensó en que decir tendría que ser algo coherente y atinado…
-Te quiero.
-No puedes quererme…
-Sólo se que te quiero, ¿tu no?
-…

7:21 se acerca por donde Iván yace fumando, esta vez, como todas las veces viene acompañada; parece como si ella fuese atemporal, como si sólo apareciese en este espacio y tiempo para luego marcharse. Los 2 se acercan muy juntos sin percatarse de nada a su alrededor, ella viene del brazo de él. Iván trata de no hacer nada para hacer notar su existencia, pero cuando ya se alejaban ella volteo y le sonrió como siempre, sólo que esta vez era más hermosa.

Iván había ganado una vez más…

Kappa
M.S.C.