De todas las luchas por la supervivencia que conozco, las mas absurda, la mas desigual es la del hombre contra la propia muerte.

Para cazar una muerte hay que ofrecerle un señuelo que se precie.

No crea Usted que con el gordo de la esquina es suficiente.

La carnada ideal es uno mismo, eso las atrae muchísimo.

Cuando sienta que está lo suficientemente cerca (lo notará porque una corriente de aire muy tenue rozará su cara, es su aliento) , debe girar rapidamente y besarla en la boca con pasión. (las muertes suelen ser mujeres muy bellas)

Si el beso fue lo suficientemente bueno, alegrese amigo, comprese un tequila y salga a festejar, usted habrá cazado a una de ellas.

Pero no se entusiasme, habrá una vez, inexorable, en la cual no lo consiga.