Anoche intenté enterrar al muerto… Bajo la mirada lúgubre del plenilunio. Acógeme aquel entonces la silueta, Que yacía inerte sobre el suelo raso. Y clave insegura, [entre hojas hoscas]... Y cabe indispuesta, [sobre el suelo crudo]; -Tras la ingesta asidua de un brutal veneno.- De fetal postura cual párvulo crio, Con la piel verduzca como la arbolada… Con el cuerpo listo sobre aquel vacío, [Sucumbiese fresca con hedor a tierra.] Y me hundí otra vez tras la helada bruma, Creyendo morir de nuevo envenenada. By.skM.
Texto agregado el 23-09-2008, y leído por 374 visitantes. (5 votos)