A mi lado una pequeña mujer,
Me lleva al olvido de los placeres,
Viajo por la noche y el atardecer,
Tras su cuerpo yacen las heridas de la vida.
En silencio avanzamos por los trigales,
Nos envolvemos en la luna ardiente,
Nos vestimos de barro en el desierto,
Caemos en el abismo del olvido.

Si dijera lo que quiere no me haría sufrir,
El juego es adivinar sus deseos,
Atravieso sus heridas y caminamos en silencio,
Jugamos a que no pase el tiempo.
Avanzamos por la gran ciudad observando su sexo,
Comiendo de los pecados, escuchando sus gemidos,
Revolcándonos en delirios y latidos.

Esta noche jamás acabara mientras detengamos el tiempo,
Jamás acabara, dibujando el tiempo en una botella.
Viajando por la gran ciudad sobre su suave aroma,
Evitando que el dinero se acabe hasta estar dormido