Memories of love…


Aquel día, tan sólo con mirarte supe que mi vida era para amarte. No fue el momento indicado para la gente, pero si para mí. Desde que subí al vagón mi corazón latía, creía que escaparía de su lugar, el destino ya lo sabía y preparó el escenario perfecto. Miles de individuos a mi alrededor y yo, sintiéndome única frente a ti, húmedos, cálidos y suaves besos que enloquecían mi cuerpo, me basto sólo un respiro, fue el mejor fin de semana sintiendo que me querías mientras me refugiaba en tus abrazos.
Cada día esperaba que tocaras mi puerta para mirarte, ya nada me importaba, sólo tú. De amargura sabor se tiño mi boca, al decidir que sería nuestro último ósculo, mis lágrimas fluyeron mojando tus mejillas y dando pasos adelantados en mi camino de retorno.
Dicha porque me seguiste queriendo, dicha porque no quería separarme de ti y desde ese día sellé con un beso nuestro futuro. Jamás, jamás quería dejarte, ni para dormir.
Amanecer tras amanecer y tú a mi lado, cobijándome entre sábanas.
Noches ardientes, juegos sexuales, fantasías eróticas, para quedarme en sueño profundo recordando el olor de tu cuerpo mientras acaricias mi cabello que se extiende por nuestros cuerpos formando un lazo visible ante nuestros espectadores.
Que oportunidades memorables tuvimos para amarnos. Compartir los bellos paisajes y cada uno se quedó con nuestros recuerdos, plasmados en cada beso para postales románticas medias cursis.
Aquel día, que prometimos ante todos que nos amaríamos y seríamos felices, preparaste todo, que bello sorpresa encontrar dedicación en toda situación, tú tan decidido a amarme y yo tímidamente, deseando creerte, aprendiendo a amar, aprendiendo a ser importante para otra personita.
Un año de amor placentero. Pero todo cambia como la luna.
Mutabilidad de sensaciones, amor y odio, dolor, lágrimas, tristeza, desconsuelo.
Cuerpo frío, alma tibia.
Sonrío nuevamente, como volver a confiar, no quería un corazón sangrante otra vez.
Volviste a mí, como yo volví a ti…
Intentando ser menos infelices, soportar el sufrimiento eterno. Te creí tanto que me entregué al destino.
Cambias como la luna…
Heme aquí de nuevo tratando de explicar a mi alma lo que esta pasando, pero ya no quiere explicaciones.
Cuerpo frío, mente fría.
Cuerpo frío, alma fría.