Hay viento de juncos en el mar
Y entre los juncos, se oyen las olas
Es la ausencia de ruido de cristales
Rotos y punzantes como estridencias
De un color vacío de sentido.
La vacuidad turba la mente humana
Pensante y moribunda y sucia
De muerte, de palabras ya pronunciadas
En esa ausencia de ruido hiriente
Se esconde un sedoso silencio
Microscópicas gotitas que reflejan
Nada. Que reflejan
Todo.
Los juncos junto al mar juegan
Con el susurro del corazón,
Así su ritmo nos marca el paso del tiempo.
El cambio conlleva un constante ruido
De memoria divagada y visión futura.
El único dios que poseerá el silencio,
Será el que consiga eternizar el tiempo,
Saborear el cadáver de cada instante
Perdido, sin dios, en agonía
Texto agregado el 02-05-2004, y leído por 157
visitantes. (2 votos)
Lectores Opinan
01-07-2004
me gusto mucho...sobretodo por los recuerdos que recorri con el. greta
08-05-2004
Interesantes metáforas.. y cuidado con el vacío, que absorbe... LevNM
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