Me borraste de tu vida,
sin decirme nada claro,
me abriste nuevamente la vieja herida,
que te ibas a encargar de sanar.
Me arriesgue a todo esto
porque vos me ibas a cuidar,
puse de nuevo mi pellejo en la hoguera,
pensando que no me iba a quemar.
Pero terminaste de calcinar
los huesos que me quedaban
de la gran masacre a mi alma,
por una hija de puta y, ahora,
por tu alma apenada.
Me decís que soy lo mas lindo que te paso,
que no hay otra razón que mi protección
y ahora no puedo dejar de pensar en vos
sin romper en llanto, acaso eso no es dolor?
Te despido de mi corazón maltrecho y ajado,
obviamente que esta cerrado por derribo
que un día soñó el poder arreglarse por vos
y que apenas había conseguido un alivio.
Derrumba todas sus paredes el día de hoy
cuando ve que no quedan rastros míos en tu corazón,
ni en tu vida, cuando no le hablas
y tampoco le diste la despedida.
Por qué será que no me dejas acercarme, no lo se;
qué te forzó a olvidarme, tampoco lo se;
solo se que si había algo peor que esto
lo hubiese preferido al ver que sin consuelo
estoy por no volverte a tener.
Me diste brillo en los ojos,
dibujaste una sonrisa en mi rostro,
me hiciste sentir que era alguien
y que valía para algo,
me diste tus días y te di mis noches,
me diste al lado tuyo una ciudad con vida.
Me diste tantas cosas que hoy me estas quitando,
con el simple echo de correrte de mi lado.
Espero vallas a estar bien
y que por lo menos valga de algo
tanto dolor, que mejor, por hoy, lo callo... |