Soplaba el viento desde septiembre, y el viejo arbol de flores rosas crepitaba en contraste azulino cielo….llegaba ese perfume a fiesta que en ropa limpia festejaba el “proleta” sentir de los patriotas .
Una fila mas en la escuela, cuecas y resbalosas al son y, al don de las milicias, nos inventaban el orgullo pobre de desfile alcaldicio.
Ahí con vestón y Jumper sin el frío de siempre esperábase el trayecto a los segundos de gloria…

(Con el tiempo Gloria fue quien me regaló mis primeros segundos de su nombre.)

Septiembre, feriado de la pena del invierno, día raro de apagones y entretenidas velas en la casa. El sol que a veces lloraba en lluvia la fiesta dieciochera de una patria traicionada, traía petardos y carburo como explosiones de carcajadas reprimidas, y en festín de poblacional fritura , zanjábamos el hambre con cebolla y masa , a sangre de vino, a llanto de borrachos.

Recuerdo que era tiempo de permisos, solo entonces la salida se extendía hasta el adormecer de los petardos. Y las mismas cebollas que hoy no como me hacen llorar por una patria que se entendía de otra forma…

Lo recuerdo con cariño, ese volatín que no elevé y el que a como dio el cariño mi padre construyó para mi alegría, habían mas árboles donde el lienzo se enredara …

Los almacenes de los barrios , con baderitas de bolsa, vestían su festejo de volantinero…

Soplaba el viento en septiembre y una leve brisa trajo mi sueño…

El viento de Septiembre

En este exilio cibernético de la globalización.