EL ERROR DE AMERICA
En el año 2033 México enfrentaba su primera guerra civil. Los estados del norte se habían unido para extender su territorio eliminando a los estados del sur y centro de México. Para aquel entonces, Baja California había sido vendida a los Estados Unidos de Norteamérica. La unión en el país se había extinguido desde hacia mucho tiempo. La ambición estaba en cada estado.
¿Qué representaba a México en aquel instante?.
Las barras y las estrellas representaban al país vecino, el cual, a pesar de sus problemas terroristas seguía firme como una roca.
Japón, el país del sol naciente, aun tenia una manta que tenia dibujado el circulo rojo. En aquel país todo iba a la perfección...no guerras, no hambre...
Tal vez en Argentina no era lo mismo, sin embargo, había paz y una enorme tela de color azul con franjas blancas y un pequeño sol en el centro.
Y México...la escoria del mundo, en ese año se le podía llamar el error de América.
Para México ya no existían héroes, ni un Hidalgo, ni un Zapata. La gente pensaba que si ellos vivieran , al ver aquel desastre se volverían a morir tan solo de pensar en lo inútil que fue su esfuerzo.
Ya no había mexicanos, ya eran "los del norte" y "los demás". Ante tanta podredumbre se preguntaran donde quedaron aquellos objetos que inspiraron tantos poemas y tantos cantos. ¿dónde estaban los símbolos que habían sido venerados en otra época?
Tal vez quedaron enterrados debajo de los cuerpos que aun no habían sido recogidos, ni velados, porque tal vez sus respectivos familiares también estaban muertos.
El dos de agosto del año 2034 dos muchachos de apenas 18 años caminaban por la antigua carretera México- Querétaro. Llevaban mas de tres días buscando alimento. Hacia mas de una semana que se habían alejado del lugar de batalla. Uno de ellos, el mas joven, de nombre Luis, cargaba consigo una maleta café que al parecer llevaba algo muy importante, puesto que él jamás la dejaba sola.
Diego, victima de la curiosidad le dijo un día:
-¿Qué cargas ahí?, ¿Dinero?, ¿Es por eso que nunca sueltas esa bolsa?
-SI fuera dinero ya lo hubiera gastado. Me estoy muriendo de hambre.
-¿Entonces porque tanto interés en cargar eso?
-Yo tengo mis razones.
Diego no dijo mas. El sol estaba cayendo y nuevamente con él venia la noche. Luis y Diego durmieron bajo un mezquite, otra vez sin probar bocado.
A lo lejos aun se podían escuchar explosiones. Eran interminables.
-Por mas que nos alejemos, nunca dejaremos de oír ese ruido...- Dijo Luis.
-Creo que lo escucharé aun después de muerto- Respondió Diego mientras se acomodaba cubriéndose con una chamarra.
-¿Sabes?. No puedo acordarme de mi niñez...- Dijo Luis- Creo que fui feliz, pero no me puedo acordar de nada.
-¿No te trae algún recuerdo eso tan "importante" que llevas en la maletita?
-No. Y ya no insistas, no te voy a decir lo que llevo.
-La verdad es que no me interesa saber. Ahora me preocupa mas saber que voy a comer mañana.
A las cinco de la mañana del día siguiente Diego se levanto y vio que los ruidos que habían escuchado la noche anterior estaban muy cerca. Nuevo León ya había avanzado muchos kilómetros dentro de Querétaro y era cuestión de minutos el que la gente estuviera tan cerca de ellos.
-Luis..Luis..¡Luis!, ¡Levántate!-
Luis no contestó, se limitó a levantarse y a correr. Tomando su maleta él y Diego avanzaron un tramo. Pero no fue suficiente. La gente de Querétaro paso mezclándose con ellos y tal vez por equivocación o mala suerte, Luis fue herido. Su sufrimiento duró muy poco puesto que a los tres minutos ya estaba muerto.
Cuando tuvo oportunidad, Diego tomó a su amigo muerto y sin olvidar la maleta que el difunto siempre llevaba, lo alejó del camino.
Se quedó contemplándolo por unos instantes y después reviso la maleta para por fin poder saber que era aquello que su amigo cuidaba con tanto recelo.
Diego rió cuando vio que solo se trataba de la antigua bandera de México. Después de reír dejo caer una lágrima y después de cubrir a su amigo con aquel pedazo de tela se levantó para buscar lo que comería al día siguiente.
FIN.
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