Su cuerpo era perfecto por lo que –calculando a vuelo de pájaro- se ahorraba por lo menos un par de millones de pesos en hacerse una lipoaspiración. Su nariz respingona no requería de ningún cincelado quirúrgico que, por parte baja, costaba más o menos un millón y medio de pesos. No era necesario que se pensara en un liffting, puesto que su rostro era terso, de pómulos firmes y óvalo perfecto lo cual le permitía ahorrar unos seiscientos mil pesos. Su cabello negro y rizado caía sugestivamente sobre sus hombros y no necesitaba de ningún tratamiento, que por muy económico que fuese, no bajaría de los cien mil pesos. Su hermosa boca conservaba dentro de ella treinta y dos finísimas y saludables perlas que coronaban cada una de sus sonrisas. Cero caries y tres millones de pesos ahorrados en costosos y temibles tratamientos. Sumando y restando, todo lo que se ahorraba al ser estupendamente bella, unos siete millones quinientos mil pesos, no le alcanzaban para adquirir ni siquiera un segundo de compañía que la rescatara de su espantosa soledad…