Cuando era chiquito tenía un patito. Le puse Saturnino. Me senté encima y lo aplasté. Mi papá trajo un chivito. Le puse Chivito. Lo cocinaron para mi bautizo. Estuvo rico con frejol y yuca. Un día chapé una palomita en el jardín. Le dimos de comer alverjas. La muchacha la cocinó con tallarines. No alcanzó para todos. Mi amiga me regaló un conejito. Le puse Colita. Mis amigos coreanos lo cocinaron estofado. Tenía mucho ajo. Mi hermana trajo un gatito. Le pusimos Gringo. Los gatitos no son para comer. Son para hacer violines.
Texto agregado el 17-09-2008, y leído por 430 visitantes. (1 voto)