La bahía hierbe en niebla espumante la noche es una boca oscura como de muerte. La hilera de nubes que marcan los años se extiende sobre el mar callado. Cruzan naves, gira el faro eternamente. Es el tiempo que todo lo borra o lo apaña. De pronto, dos navíos rompen el vidrio de la oscuridad en palpitantes ojos encendidos. Vuelven al puerto lanzando alaridos humeantes la bahía se abre como sábana de la infancia y los barcos perdidos por algunos ya hundidos en el olvido se abrazan en el reencuentro como dos manos que se entrecruzan.
Texto agregado el 17-09-2008, y leído por 217 visitantes. (2 votos)