RACIOCINIO

Hace algunos años hubo un tsunami en Asia con más de 300.000 muertos. El mes pasado se accidentó un avión en Madrid con 154 fallecidos. En ambos casos (y en muchos otros) al entrevistar a quienes se habían salvado respondían que ello había sucedido “gracias a Dios”…

Esto lo podemos entender de tres maneras. La primera es que, entonces, todos los muertos también se deben “gracias a Dios”. La segunda es que Dios no tiene poder para impedir esas desgracias. Y la tercera es, que en esto, no tiene nada que ver Dios.

Más allá de ser creyente o no serlo, existe la tendencia a pensar en un Dios rector o administrador de lo que pasa en el mundo y/o el universo. Si así fuera, estaríamos por aceptar la primera manera planteada anteriormente. Al mismo tiempo entendemos a esos jugadores que al entrar o salir de la cancha se persignan totalmente convencidos de que Dios está mirando el partido y es hincha de su equipo. Algo parecido sucede cuando los capellanes de alguna iglesia bendicen las armas y soldados del ejército de su país. Y así, miles de casos parecidos.

Lo anterior, más todo tipo de supersticiones y un alto grado de ignorancia, hacen un cóctel delicioso que facilita enormemente la dominación por parte de los que manejan todo tipo de poderes en nuestra tierra.

La humanidad y estos seres “pensantes” ya debieran comenzar a razonar.