Douglas:
Cuando esta noche bajé del colectivo pude por un momento contemplar la luz de la luna, que se cernía por los bordes de una nube negra; imaginé entonces a la luna creciendo y siendo cada día más brillante y hermosa, tras lo negro de aquellas nubes, que en las noches tornan aún más fría y ajena la ciudad…
Pensé luego en ti, y recordé que días antes te había dicho que escribiría algo para ti; pero desistí de ello muchas veces porque no he podido encontrar las palabras exactas que digan todo lo quiero decir. Por ello postergué hasta hoy, postergué aquella hora hasta esta hora, y dudé de mis palabras hasta convencerme de que son éstas las únicas que podré escribir jamás. Perdón por la tardanza y por lo simples que podrán llegar a ser.
Mar Profundo.
Jamás dejó la luna de ser hermosa tras la nube y su luz, aunque opacada, jamás dejó de brillar… Acaso sea tu risa, Douglas, la luna brillando en una noche negra tras una nube oscura.
Sé, porque talvez me lo dijeron tus palabras, que hubo un momento oscuro ayer; no sé si persista, si aún hoy exista; pero me sería dichoso de saber que se haya disipado como el humo de una fábrica. Sé aquello porque talvez se abrió un momento una puerta tan fuertemente cerrada, que solo puede abrirse desde dentro y solo hay una persona para abrirla; lo sé porque se abrió un momento,,, y por mí querría jamás se vuelva a cerrar, pues sería difícil acostumbrarme a que permanezca, como hasta hace unos días, cerrada…
La Noche es más oscura cuando está pronto el amanecer; es cierto; pero solo en la noche se puede ver brillar la luz de la luna y titilar el azul de las estrellas… |