El planeta se ha convertido en un lugar inseguro,
calles múltiples se pierden en laberintos móviles,
es un recoger de sombras,
la muerte en su trono de gloria,
acechando a los transeúntes,
midiendo sus pasos,
alaridos de insensibilidad,
es un hongo atómico que esparce sus cenizas de muerte,
el hombre y el animal se acurrucan olfateando su muerte próxima,
¿quién es el siguiente?, dice apacible,
mostrando su rostro de ángel exterminador,
la humanidad es diezmada con su alta tecnología,
la potencia imperial ríe con su numero de la bestia,
incrustado sabiamente en sus símbolos tecnológicos,
el hombre, “ser pensante”, lo ignora todo,
siempre fue así,
¿podrá ser considerado todavía ser pensante?,
en un futuro cercano los simios llegaran al poder,
las águilas o los delfines,
es cuestión de tiempo,
mil años, es el tiempo mudo,
el sobresalto, la mutación,
las maquinas adquirirán la cualidad de razonar,
de hacer lo que nunca ha hecho el hombre: vivir
|