I
Vengo…
desde el oro llameante de la siesta
hacia el brilloso verde de la tarde,
una gaviota sola..
se busca en el reflejo de las aguas,
liquidez hecha bronce suena el río..
en su cansino verso sin palabra.
Una incipiente brecha se vislumbra
en el plumoso vientre de la luz hecha tarde..
vendran luego silentes llamaradas
de rojos y naranjas,
para parir la sombra..
pero aun..no es el tiempo…
iluminan aun retazos de colores
y voces cristalinas se deshacen,
lentamente dibujo mis pasos en la arena..
y el pensamiento es pajaro en el aire,
desando como siempre la eterna paradoja…
luz pariendo a la sombra
y viceversa..
cosas..que se me ocurren
en medio de la tarde.
II
En la tarde se mojan los recuerdos
liquidos..ambarinos,
como un cantico nuevo se despiertan
en la cambiante luz del medio tiempo..
emergen indolentes…
con un dejo extraviado de ternura,
buscan tal vez el brillo fenecido
la magia desertada…
en el destello cierto del poniente.
Cada tarde me buscan..
en el recodo de la luz que huye
cada tarde los guardo..
en la sombra creciente del olvido.
Cabe tanto misterio en cada tarde..!
cabe cada fragancia y cada ruido..
creo a veces que en una sola tarde..
se inventaron el amor y el olvido.
III

La tarde se deshoja
lentamente..
de pajaros cautivos,
entre la linea roja del ocaso
y la imperiosa urgencia de la sombra,
hay un ruidoso apuro..
bullente una cadencia entre la fronda
¡casi duele la tarde..
cuando se queda sola ¡
cuando el silencio muerde los ultimos colores,
entonces se apresura..
y se lanza al vacio
a buscar el reverso de la sombra.
Y en cada rama quieta…
en cada nido tibio
hay pajaros que sueñan..
blandos sueños de nube
sueños color rojizo,
hay una extraña magia..
un no se que de triste
mezclados con añiles rumoreos
que juntos se columpian,
nostalgias..de otra tarde que se ha ido.