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Se llamaba Huatiacuri, o al menos así le decía la gente, ya que se rumoreaba que solo se alimentaba de papas asadas en la tierra calentada. Eran un jovencito delgado, cobrizo, de ojos negrísimos como una noche sin luna ni estrellas, huérfano, vagabundo y ladrón. En las noches cuando todos dormían se escabullía por los corrales para llevarse cuyes y alpacas. Era tan hábil que simulaba que un animal salvaje había cometido los robos.

Huatiacuri tenía una jubilosa y divertida personalidad, a pesar de ello no fue adoptado o acogido por ninguna familia por su ineptitud para el trabajo y su vagancia extrema. Fue compañero de bandidos, guerreros renegados de su patria y ermitaños. Le gustaba mezclarse entre la gente, principalmente en las fiestas, hacía reír a todos con sus bromas extravagantes; sin embargo, nunca pudo evitar que lo miraran de esa forma que él tanto odiaba, con esa mueca de reprobación y suspicacia.

Huatiacuri, baila, ríe y canta siempre, lleva una sonrisa perpetua dibujada en los labios. Evita los problemas a toda costa, es un evasor profesional, evade el trabajo, evade los pleitos, evade las peleas. Por eso resulta sumamente insólito lo que ocurrió ese día cuando vio surcar los cielos a una extraña ave, en ese momento, sintió como un aguijón le inyecto en el pecho una extraña curiosidad que jamás había sentido. Era una sensación, un presentimiento, que le impulsaba a seguir al ave, tenía que encontrarla saber a donde se dirigía. Pensó, como era su costumbre, que ese apremio repentino por seguir al ave, era tonto e impertinente, que más le valía volver a la cueva que le servía de refugio, volver ahí donde se encontraba seguro y fuera del alcance de cualquier peligro; además, seguir el rumbo incierto de un animal salvaje era una aventura cansada y problemática. Volvió a su guarida, se recostó sobre las pieles de las alpacas robadas; pero no pudo conciliar el sueño. Por horas ese apremio tonto e impertinente se intensificó hasta que no pudo soportarlo y decidió partir en busca del ave. Así empezó una aventura trascendental en la vida de Huatiacuri.

Texto agregado el 12-09-2008, y leído por 111 visitantes. (0 votos)


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