Inicio / Cuenteros Locales / jeringuilla / 305
Soliloquio ausente de cordura; desvanecencia cromática asintomática de toda certeza. Pastilleo previo de un sueño que suena injusto, en medio de la precisión médica del recetario sencillo. No hay espacios para la reflexión; es esto, o el chaleco de fuerza capaz de ahogar cualquier rebeldía. Es el chaleco, o los cables al cerebro y el voltaje que se desparrama como el hierro fundido sobre las grietas. Dicen que uno nunca es otro, pero después de esto sí; a tal punto que las luces son astillas para los ojos, el aire, esponja para los pulmones, y un ser humano, una cosa cuyo espíritu vagabundo se lo aniquilaron en un neuropsiquiátrico y ahora lo llaman loco. |
Texto agregado el 10-09-2008, y leído por 149
visitantes.
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Lectores Opinan |
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10-09-2008 |
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REALMENTE HORRENDO PASAR POR TODO ESO. mIS SALUDOS, rdejunio |
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10-09-2008 |
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Ay, corazón, qué tristeza... Me acongoja leerlo, es una descripción despiadada y no por eso irreal. Cualquiera es otro después de pasar por semejante infierno. Tremenda descripción, buenísima, buenísima. Chantal-Deveraux |
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