Los años de esta mesita
que a mí me han costado tanto
con sus bonitas seis sillas
y tantas horas de trabajo.

El adorno de la abuela
el tejido de mama,
las cortinas de la tía
desprenderse nunca eso jamás.

La cama ya tan antigua
el ropero, el modular,
los cuadros, antigüedades,
el jarrón de Pakistán.

Los tapices relucientes
cuelgan en la pared.
Las memorias del pasado
son ataduras del ser.

Sí todos estos recuerdos
no nos permiten crecer
es el apego hacia ellos
nos engaña, no es poder.

El tener nos condiciona
si desvía la atención
confunden el poseer
con escalar posición.

El poder esta en nosotros
la riqueza individual
los pensamientos guiados
descubrir la identidad.

Despegar de inmediato
aleja preocupaciones
le da fin al sufrimiento.
Y evitan las tentaciones