Construyamos, imaginemos, pongámonos de acuerdo.
Construyamos un mundo mejor, sin fronteras.
Imaginémoslo mejor. Sembremos una tierra de
esperanzas sin alambrados.

Entendámonos. Comprendamos que en el
entendimiento está el camino que nos guía, que nos
educa, que nos define como personas, que nos
demuestra que a pesar de los pesares aún algo late
dentro de nosotros.

Ese latido constante y uniforme que, aunque en
empedradas calles de un cualquier olvido, nos enseña
a todos a crecer, a creer, a soñar, a sentir… a saber
que mañana será otro día

¡Hay tanto por hacer!