Paseando por la arena rubia de una playa,
hasta mis pìes arrastró el mar, una cara-
cola.
Sus brillos me llamaron, e inclinandome, re-
cogí la misma, y recordé, el sonido grave-
que a traves de ella, lanzaban los pesca--
dores.
Como un instrumento musical, para señalar
su posición, en la oscuridad total, del inmen-
so mar.
Compare por comparar, que de la misma for-
ma los que escriben, tratan con sus poemas,
versos, o cuentos, de señalar un medio.
Un lugar.
Y con el soplo tierno a veces, graves otros,
del sentimiento
Y se produce un entendimiento, a lo largo--
del tiempo.
Hay momentos... que la inspiración, yace -
abandonada.
Como la Caracola, que el mar bate, sin que
se fije, ni la escuche.
Quedando en el fondo de las aguas, transpa-
rentes,cristalinas como un alma pura.
Sin sonidos, y en silencio.
Esperando que otra mano,otro amor, otra pre-
sencia, la suene nuevamente.
La Caracola lanza destellos en su concha vacia.
Y queda relajada.dormida. |