Inaudible escondite Sorda sequedad la que me queda Estoy como un roedor de las profundidades Yermo de esperanzas; cicatriza el corazón Como petrificidad de alegre recuerdo Picazón de este siglo; que me tiene en velo Buscándote en el silencio que te guardo. Hambre-condena. Ya no como, solo respiro; y de a poco veo luz. Del sol ya no es vida, ni de poesía la alegría. Sollozo mi entierro, soy pena en resplandor. Goteo la sangre, borbujo la apariencia. Llenarme de nada quiero; flotar en mi ser. Para algún día partir y no necesitar nada más.
Texto agregado el 08-09-2008, y leído por 90 visitantes. (2 votos)