EL JUEGO 52
Volvió a sus aparatos electrónicos. Había conectado al grabador de noticias automático que filtraba las voces de los noticieros sobre un identificador, y un dispositivo que le anunciaría la voz que coincidiera con la que el había construido a través de su invención, efectivamente el programa le había aislado varios momentos donde se había encontrado la voz que según él, era la del chacal.
Cuando procedida revisar los videos, ahí estaba, el objeto de todo su odio y su ira, un tipo común de penas un metro setenta, un poco pasado de peso, con toda la geta de un político mexicano, dando discursos y vendiendo promesas, engañando incautos y prometiendo quimeras.
Lo observó detenidamente, analizo cada uno de los videos; el primero era una aparición en un mitin público, el chico no ponía atención a la palabrería, se concentraba en el timbre de voz, eran varios videos, uno incluso de pocos segundos, donde solo contestó una pregunta al reportero, lo regresó, amplió la imagen, la congeló, aisló la voz de ese video y la escucho una y otra vez, lo mismo hizo con el resto del material, a pesar de tenerlo frente a él, había algo extraño en todo aquello.
Invirtió casi todo el día, ni el Coronel ni el protector estaban cerca de él por que lo estaban dejando recuperarse, sin embargo el chico no perdió el tiempo. Observó con cuidado el rostro del chacal, lo estuvo mirando por más de una hora y después, volvió a escuchar las grabaciones hasta el cansancio, hasta que comprendió, que su juicio se estaba viciando por la saturación de imágenes y sonidos, entonces decidió parar.
Salio a caminar por la mansión, llevaba unos jeans azules una playera sin cuello y un cabestrillo que le sostenía la mano herida (por fortuna había sido la izquierda), rumio un cúmulo, bien grande de ideas, todo aquello le daba vueltas, anduvo por los jardines y respiró el fresco olor del pasto, la tarde ya comenzaba a caer cuando escucho una voz a sus espaldas.
- Hola, veo que ya estas bien, tanto como para haber sufrido un accidente.
Volteo y ahí estaba aquella diosa sensualidad que lo había sacado de su infierno, y que le había dado esperanzas de poder cumplir con el objetivo de eliminar al chacal, pero ahora estaba muy confundido, había cosas extrañas en todo aquello, en ese momento no sabía con certeza hacia donde ir.
- Abrazó tiernamente a la chica, con un deseo de compartir con alguien tanta confusión, estaba muy lejos de ser algo erótico, aquello era más cercano.
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