EL JUEGO 51
Despertó en su cuarto, con un enorme dolor en su hombro derecho, intentó levantarse pero el mareo no se lo permitió, ahí estaba frente a él, el Coronel,
- Bienvenido al mundo de los vivos niño, tuviste suerte que la bala no afectara ningún órgano vital, pero te hizo mucho daño, el proyectil se expandió dentro de ti y te hizo un tremendo boquete en su salida, perdiste mucha sangre, pero mataste al imbecil, así que debes sentirte orgulloso por que en tu bautizo de sangre diste algo de la tuya. -Apunto divertido el Coronel –
El chico hizo un esfuerzo y se sentó.
- Ahora si, iremos tras el chacal –dijo con la mirada lanzando llamas-
- No tan aprisa nene, debes recuperarte aunque te sientas bien, debemos ver como quedó la movilidad de tu brazo, y debes tener paciencia, ya vez que esta vez por tu ímpetu, por poco nos matan, yo sugeriría que tuviéramos un par de entrenamientos más, para que estés completamente listo.
- Estoy listo, dijo el chico, una bala no me va a detener y no voy a ir matando inocentes para cumplir mi objetivo, me siento usado y créeme que no me agrada mucho, despachar al poli aunque se lo merecía, por que era de la misma escoria que el chacal, pero me siento usado y que estoy sirviendo para los propósitos de alguien y eso no me gusta – dijo con la mirada perdida el muchacho-
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