Recuerdo para pedir disculpas. A todo cuanto mi ignorancia lo golpeó Con es afán de superstar de quinto enjuague. Discúlpenme las tristes los feos los gordos los tímidos. Las inocentes las fieles las abnegadas. Los sencillos, los humildes Todos y cada uno de los cadáveres, De mis avalanchas. Compréndanse, contenidos por esta tela de araña al viento y al agua. Dispénsenme ustedes por mi contradicción Mi siempre bien actuado equilibrio Mi más miserable comportamiento. Pero no esperen que cambie No me quieran más, ni menos, ni lo justo. Solo perdonen, pues yo aún no puedo perdonarme.
Texto agregado el 07-09-2008, y leído por 129 visitantes. (1 voto)