éramos tan amigos. desde niño lloraba frente a ellos cuando sentía un desaire. me miraban raro, como objeto de sabor ajeno... bajaba la cabeza y decía: ¡amigos...!. ellos sonreían y seguían con sus vidas, pegadas a la mía. el tiempo, oh, el tiempo, el tiempo todo lo borra, lo cambia, deshace, muta, sí, eso hace e hizo el tiempo con nosotros... y ahora, ya a los noventa, frente a mi televisor, les recuerdo, les veo riendo frente a mí, con sentimientos amigos. apago el viejo aparato que muestra de todo para vivir lo bello del presente, aunque el tiempo diga que nada fue, que todo es polvo... éramos tan amigos y aun lo somos cuando apago este mundo lejano, cierro los ojos y les veo riendo frente a mis ojos, les veo corriendo, bailando en las fiestas, besando a las chicas, peleando por nada, fumando porquerías, viviendo, sí, viviendo sin sentido... como locos con vida... éramos tan amigos que hicimos cantos, que tarareo, que escucho a lo lejos, dentro de mí, dentro de aquel sentimiento que no pertenece al tiempo, al espacio, a nada... éramos y éramos...
san isidro, septiembre de 2008 |