Salto en vano alrededor de un milagro,
¿Quien eres tú para decirme lo bueno, lo malo?
¿Quién soy yo en este desierto lleno de serpientes?
Mira mis manos, mira mis ojos
La sangre ha lavado estos pies
Mis ansias no mejoran nada
Mis arranques temporáneos me han dejado sin voz esta vez
Y lo quiero a morir,
Una gitana vestida de blanco me ha hablado
Ha visto la utopía de mis metas
Corro en las sombras de mi mente, falacias en el viento
Como cual explorador se afronta a una selva desconocida
Y aun así lo quiero a morir
Mil besos encerrados en una caja de cristal,
Una flor a punto de salir de su capullo
La primavera trae gotas de cristal por las mañanas,
Versos en la piel,
Sangre a los corazones perdidos
Mi vida grita por la paz de tus miradas
Y pongo mis manos al viento para que me creas
El daño nunca ha estado dentro de mis metas
Mira bien la basura de las calles,
La sonrisa hipócrita de algunos,
La cara deformada de algunos otros inmorales
Corren a la iglesia más cercana a lavar sus pecados por un minuto
Y la culpa les carcome el alma
Nadie quiere saber más de todo esto.
Ni traer hijos al mundo ni comprometer mi corazón
Al punto de dejarme basurear por alguien
Nadie quiere saber más de toda esa mierda.
Solo pongo mis manos al viento para que me creas,
Que aun creo en la bondad del hombre y las papas cocidas.
Mírame bien, talvez yo no sea quien tú crees que soy,
Mira mis manos,
No he de voltear la mirada,
No he de olvidar las sonrisas,
No he de sangrar por tus pecados,
No he de llorar por tu recuerdo.
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