SE FUE DANZANDO

Con respeto, agradecimiento y admiración
Para mi profesor y compadre José Luis del Pozo Lugo
Por su trayectoria en la danza mexicana


Por fin era doce de diciembre y José Luis llego al atrio de la iglesia como los últimos treinta y cinco años el mismo día, la misma hora. se tardo aproximadamente 45 minutos en armar su penacho,250 plumas de faisan dorado de casi50 cm. de largo,35 defaisan plateado de casi 2 metros de largo y 150 plumas de gallo. quedo impresionante.
saco de su mochila el pectoral, su maxtla,rodilleras hueseras un chimalli y una capa magnifica. bordada con lentejuela que destellaba al contacto con el sol. todo nuevo elaborado por el mismo, confeccionado en el transcurso del año para usar este dia tan especial.
se desvistió y cambio sin pena, saludó a todos sus compadritos y comadritas lo sahumaron y se puso a danzar, después de dos horas le dio sed hizo una pausa bebió pulque y se reanimo. Danzo con mas entusiasmo y energía le dieron la palabra se lucio danzando lo mejor de su repertorio termino su danza eufórico dos horas después le dio hambre contra su costumbre abandono el circulo y se dirigió a una fonda justo enfrente del templo; recorrió el lugar con la vista fue cuando descubrió que no había un solo lugar vació todas las mesas de lamina con letreros de carta blanca con sillas metálicas color gris se encontraban ocupadas, en el fondo vio una silla negra y de inmediato se dirigió hacia ella ocupándola la sintió fría, rígida dedujo que siempre se encontraba en el mismo lugar pues estaba anclada al piso, hecha anatómicamente como lo comprobó al descansar su cuerpo sobre ella.
Al momento llego la mesera,el leyó la carta y ordeno. Respiro profundamente ignorando las miradas y gestos burlones que algunos comensales le lanzaban a causa de su atuendo.
Puso atención a lo que le decía el hombre de la mesa contigua a su acompañante.
- No tengo tiempo - dice el grueso de la gente pero si el tiempo es eterno, como no van a tener tiempo.
Quisiera hacer esto o lo otro, ir a algún lado, buscar a alguien; pero el trabajo, la escuela, los niños, mi amante, tantas ocupaciones no me dejan tiempo libre.
Nada más falso que esto, el tiempo allí esta es cuestión de seducirlo y conquistarlo después de esto lo que sobra es tiempo para hacer lo que tú quieras, o ¿para hacer el amor no tienes tiempo? ah porque para el placer siempre tenemos tiempo ¿oh no?
Al oír esto se dijo -es verdad pues para mi la danza es un placer y siempre le he dado su tiempo ¿cuantos años haciendo lo mismo? En esto reflexionaba cuando llego la mesera con lo ordenado. El le dijo en voz alta: el comer es otro de los placeres de la vida- ella le sonrió y se retiro.
Comió con una voracidad inusual acompaño la comida con tres cervezas y un tequila para el desempance ,reposo quince minutos.
De regreso a la iglesia observo un mundo de gente de todos los estratos sociales y una gran variedad de grupos de danza que parecían ramilletes de coloridas flores, al mirar hacia el cerrito contemplo como un río multicolor seguía su cause en todo lo largo y lo ancho del mismo dándole un matiz muy especial a todo el contorno y pensar que nunca lo había subido, sin pensarlo mas camino hacía el cerro, iba solo, sumido en sus pensamientos, observando la gente pasar, familias completas, nietos, hijos, padres, abuelos, parejas que iban a presentar a su primogénito, parejas y hombres solos que iban a ofrecer un juramento y también quienes pagaban una manda, algunos riendo, otros llorando , unos orando otros cantando.
Hizo una pausa a su caminar, recobro el aliento y al volver la vista al atrio quedo maravillado al contemplar ese mar de gente que se movía como engrane en la maquinaria de un reloj, con unos atuendos que parecían gemas al darles el sol y unos tocados sobre la cabeza como aves remontando el vuelo. Su corazón latió de una forma especial adaptándose de inmediato al ritmo de los tambores que repiqueteaban y sonaban surcando el cielo con ese pam, papam, papam, papam, que tantos años a rebotado en su cabeza.
Cuando le cedieron la palabra nuevamente ya no sentía los pies, las ampulas que cubrían el total de sus plantas se habían reventado y el seguía danzando ya con las plantas de los pies en carne viva, al concluir la danza y levantar un pie,este parecía una ciruela a medio pelar, por su consistencia y color, un liquido manaba de casi todo su pie dejando en el piso a cada paso la marca de su huella como la que se deja en la orilla de la playa al pisar sobre la arena húmeda, pero el seguía danzando, como solo el sabia hacerlo se sintió extasiado y de pronto se desplomo, se vio en la fonda llena, no cabía ni una alma mas, todos ocupando sus sillas grises en la mesa metálica y él en la única silla negra tratando de comprender ¿por que le daban la bienvenida? Se paro y se alejo de allí mientras los tambores tocaban paso de camino.

Jorge Ureño de la O.