Filántropo

Al ver el retrato de un instante dichoso y efímero, mi alma se ahoga en el inmenso mar de la envidia. Su rostro refleja la felicidad que no puedo darle, su cuerpo improviso demuestra que soy un fantasma primaveral (Aparezco siempre, después del invierno, para un rato de alegría; e inevitablemente largado por el sofocante verano).

Poco a poco mis entrañas se incendian con el fuego inevitable del odio. Ella y ellos olvidados que hay alguien quien los extraña, ella que disfruta mi lejanía, yo tratando de excusar las vilezas humanas.

- Cuando estoy allí no demuestras que eres feliz; mas bien desfogas algo carnal, tu mente y tu corazón no me aman, soy un oasis en tu desierto de la ilusión – digo observando la fotografia que plasma en el monitor.
- Anthony – dicen tras de mi.

Al dar la vuelta esta ella en el umbral. Observándome con su belleza y ternura, así como siempre.
Salto de mi asiento y la miro fijamente. Se extrémese al ver mis condenados ojos.

- Cuando dejaras de mentir – le grito con todas mis fuerzas.
- Anth... – titubea.
- Eres tan cruel – Lloro con la mirada fija en el suelo – Deja de mentir que no ves que me haces daño.
- Yo te amo...
- Mírate – señalo al monitor – Yo no soy de tu mundo. Jamás me extrañaste. Jamás me amaste.
- Yo tampoco pertenezco a tu mundo.
- Tu eres mi mundo... – sulfuro – ¡dime la verdad!... por favor.
- No soy la indicada para decírtelo, sabes que no soy real. Todo es producto de tu imaginación
- Eres real y te lo demostrare – Me acerco a ella, la tomo del cuello: la estrangulo.

La golpeo y al verla sangrar mi alma se libera; una sensación de vértigo se apodera de mi, cayendo encima de la nada.

- No me mientas – susurro con mi ultimo aliento – dime la verdad...
- Esta bien - me dice su voz en un punto no exacto - ...

Ella habla pero no logro escuchar nada, sólo un eco que resuena inútilmente por el vació.