Hoy abrí el armario decidido a hacer limpieza, pero los zapatos que ya no uso me reclamaron. Esos con los que recorrí calles en otros países, caminé por avenidas famosas y exploré paraísos terrenales. Con ellos corrí para alcanzar autobuses y aviones que casi me dejaban atrás, seguí un amor que nunca conseguí alcanzar. Fueron abrigo contra el frío, imprimieron mis huellas en playas lejanas, y aunque los amaba por ser cómodos, los reemplacé cuando otros capturaron mi atención.
Me embargó la nostalgia al oler los calcetines que llevan meses allí sin uso, al ver ropa que ya no me queda, papeles que ya no leo y todas esas cosas que uno guarda sin saber por qué. Me estoy conociendo a mí mismo.
Me dejé llevar a muchos recuerdos, fragmentos de un pasado que se resiste a desvanecerse, placeres costosos que aún estoy pagando. Sentado en el suelo, como un masoquista, palpé uno a uno los objetos que estaban a punto de dejar de ocupar espacio en la maleta que me llevaré.
Es difícil deshacerse de la "basura", abrir la llave de agua fría que te despierta y te congela.
Subí el volumen de la música y me dejé llevar por las letras de "A la mierda primavera" de Marea:
"...dejadme que os cuente mi cuento de heridas y caricias,
mi historia de nadie, mi nana de hambre, todas mis mentiras,
tal vez embelese y te bese cortándome a tiras,
si buscas deslumbre y encuentras alambre será que descuidas..."
No pude evitar que se me humedecieran los ojos y me quemé con el cigarrillo. El teléfono sonó y no pude responder, alguien tocó a la puerta y no tuve ánimos de levantarme. Evité verme al espejo y quise renunciar a partir, deseando quedarme para siempre en esos sueños capturados en fotografías.
Aún más volumen para acompañar la sensación de ruina:
"...Ruinas... ¿no ves que por dentro estoy en ruinas?
Mi cigarro va quemando el tiempo,
tiempo que se convirtió en cenizas..." canta Fito & Fitipaldis en "La casa por el tejado".
No sé cuánto tiempo gasté entre esos recuerdos, pero los reviví con la misma intensidad de sus buenos y malos momentos...
Finalmente, hice un nudo, metí todo en la bolsa aromática y me dirigí al contenedor de basura. |