Se sentían tan bien que dejaron avanzar los edificios grises
Un gigante silencio se acaba un cigarro olvidado
En la habitación vacía cuelga una sombra desde el cielo
Se siente tan bien la sangrante ducha de hiel
Cegado por la dulce quimera que revolotea en mis pies
Caigo sobre un suelo frió y seco, como un desierto en invierno
Le sonreímos al pecado desde una ventana rasguñada
Prendemos fuego a la nada dibujada en la pared de su vientre

Se sienten tan bien en su departamento
Ya sus pies no pisan el infierno, ni sus cabezas tocan el cielo
Dibujaron sus vidas en el cielo de su vació hogar
Lo llenaron de globos de helio, tratando de poder escapar
Por una vez en silencio dentro de su lecho de cemento
Hablaron sus labios sin palabras, ni gestos
Rociaron sus cuerpos de pétalos de aromos
Bebieron del café amargo y oscuro, hecho de carbón de vid
Dibujaron una sonrisa en sus rostros y tomaron cada uno sus llaves
El pecado lo guardaron en su corazón sangrante,
Como recuerdo de una batalla más en sus vidas menguantes
Dejaron de mirarse y volvieron a recordar lo que han vivido en clandestinidad.