Hola. Aquí estoy nuevamente.
Aún sigo siendo camionero.
Aún padesco de cancer, pero estoy ganando una batalla importante.
Aquella esposa que tuve, aún la sigo teniendo,
pero en vez de críar al chimpansé de ayer,
hoy acuna a un niño de nuestra sangre.
Aún sigo siendo pintor de cuadros,
pero dejé de hacerlo en perspectiva pués mejor estampo figuras que pertenecen a otro mundo,
e invento seres, que diría: son como espíritus que están siendo homenajeados al hacerlos visibles.
Intento ilustrar ese universo invisible plagado de criaturas, que equivalen a los cuerpos que conforman las galaxias, diría, como un deber.
Llevo recorrido sobre las rutas, dejen que mensione al pavimento, millones de kilometros,
o millas, no tengo reproches sino más bien deseos de alzar la copa para brindar por esa conquista,
de haber dejado gravada en la tosca una huella con mi nombre y el de mi señora. Hemos logrado estampar sobre las calles la firma del pintor.
Digamos que, aún conservo la capacidad de desaparecer junto con mi camión y de hacer lo contrario en otro sitio.
Pienso que la verdad está, en que los espíritus me arrastran a su dimención pués desean tenerme a su lado tan siquiera por un momento y como claro la tierra sige girando aparecemos en otro lugar.
Las rutas son como venas por donde corre el torrente de sangre del pueblo. Tanto puedes ir rumbo hacia el corazón de la ciudad,
o perderte por las extremidades que son los campos traviesos, donde prima la soledad y el espacio libre, donde reinan los animales bajo las ordenes de la propia naturaleza.
Y cuando por la noche transito por ese flujo solitario que yace en la permanencia de
la oscuridad total, iluminada tan solo por las lejanas estrellas, si es que no está nublado,
los faros del Scania si es que estoy rodando con las baterías a pleno; y ademas esos ojos de mi amada mujer que son como faroles celestes,
que me permiten conocer todo mundo que alla.
(Aún concervo aquella capacidad de delirar cabalgando sobre las letras del abecedario;
y de huír como una rata cuando no sé más que decir).
En realidad, hablando con seriedad,
quiero informarlos de que he regrasado con la misión profesional de cumplir con la tarea de escribir trienta cuentos de fantasía;
en ésta reprise, oportunidad que tengo de expresarme de una manera diferente,
no teniendo la obligación, como anteriormente la tuve, y sostuve en el tiempo, de seguir la continuidad que demanda un diario intimo,
o como esta de moda decir, de permanecer encerrado en un reality literario por muchas intervenciones de ese caracter.
Voy a intentar hacer arte pero como siempre desde un lugar donde la palabra será la protagonista exclusiva, aún más que el pensamiento,
no voy a forzar mi mente sino más bien voy a escribir como si estuviese danzando.