En el abismo de la soledad
no hay lugar para el alma,
perdió su rumbo anhelando un sueño
dejando a su paso un corazón sin dueño
maldiciendo moribundo, su realidad.

Oscuras sombras capean el horizonte
desesperanza, agonia sin fin
más súbitamente algo inesperado
rayo de luz, halo de vida
q devuelve la ilusión y recupera esperanzas perdidas

Y es por eso princesa
que te debo tanto, que no lloro
y lucharé cada día por hacerte feliz
porque eres mi sueño,
porque te adoro...