OYE MUCHACHA
Oye muchacha, te estoy llamando y cuando
tu voz me niegas mi soledad se angustia,
no tardes tanto en darme la bendita
luz de esperanza que endulce mis palabras.
Quiero que sepas que soy solo vestigios
de mi alegría, perdido en tu distancia,
que se liberan en ratos de inconciencia
cuando me escapo al aroma de tu esencia,
pero no temas, es solo un sentimiento
que brota al corazón porque aun es niño,
no me hagas caso, por dentro estoy contento,
sé que en tus ojos habita mi cariño.
Oye muñeca, si me quedara solo
se haría infinita esta poesía tan larga,
no me contestes pero mantente alerta,
es regocijo mi lápiz cuando canta.
Seré la nube que cruza por tu cielo
llevándole la calma a tu desvelo,
andar tu periferia es mi consuelo
regando de algodón todo tu suelo.
Oye muchacha, mi fuego está radiante
porque la llama que enciende mis estrellas,
como se embebe el musgo en la cascada,
buscando tu recuerdo se alimenta.
Seré ese campo donde tus pies caminen,
la tarde fresca de tu mañana ingrata,
quiero ser hierba, verdor en tu inclemencia
y que descansen tus sueños en mis matas.
Oye muñeca, mi nube está mojando,
es inestable el clima en primavera,
llega el ocaso y nos viste de frío,
no te destemples, apriétate a mi vera.
Oye muchacha, me encanta este refugio,
para entibiar tu cuerpo encenderé una hoguera,
no tengas miedo, arrúllate en mi pecho,
es un diamante la noche y nos espera.
Para ti. |