Los hombres
no lloran,
no es propio
de su estirpe,
todos los caudales
se evaden
en sus pechos,
galerías
que atesoran
sollozos y lamentos,
los hombres
no lloran,
diamantes
en sus ojos,
reflejan
los tormentos,
se caen
a pedazos
sus utopías
y sueños.
Los hombres,
obligados
a ser hombres
de acero,
deshacen los hitos,
fabrican
el trueno
interrumpen suspiros
destrozan el silencio,
los hombres
son prisioneros
de su raza y de su celo,
hollan las espigas,
siembran esperpentos,
los hombres
no lloran,
es la lluvia,
es el viento,
son los mares eternos,
reflejados
en sus ojos,
los hombres
son fuertes
como ciegossus pasos,
la historia está ahíta
de camposantos pétreos,
el hombre
se sacia
de cruces
y lamentos...
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