Este texto fue realizado mediante el corte, mezcla y pegado de dos conjuntos de frases.



La noche va eructando inspiración que se quedó sin tinta. Un gato, recostado frente al ventanal, parece meditar sobre la vida. No hay nadie para acariciar, pero ese es un punto de vista demasiado humano. Llegó el día en el que el sol no tiene apuro.
EL GATO DICE, por esos huecos que las historias tienen, que el amor es como una telaraña, Y ME CUENTA:

“Llegaron hasta las barbas del mismo Satanás, ella y sus valientes guerreros. El diablo cayó de rodillas y la miró avergonzado de iluminar pasiones que pretendían esconderse.
_Tu alma es una moneda de precio escaso –dijo ella.
El diablo maldijo y corrió hacia el fuego.
_Es cierto, sos la dueña del universo.

En aquel lugar, acordes de violín mueren sobre el río; las lunas aladas disfrazadas de soledad se vuelven sordas y ciegas.

_Sobre el espejo, mi decadencia pugna por ser poesía de palabras invisibles –DIJO EL DIABLO. Un beso urgente desespera por tu piel, tus labios, destilando pasión en cada roce. Siete cielos de sal bendijeron los parajes crueles, hasta las estrellas. Es inútil escribir cuando los secretos encerrados en cada gota agonizan en tu sonrisa.
Ella respondió:
_La sabiduría ha sembrado un infierno en la tierra; a veces, ser ignorante tiene sus ventajas. Anclada al cuerpo, mi alma se disfraza con lenguas de fuego.
EL DIABLO, AUNQUE ENAMORADO, NO CLAUDICARÍA SU ESENCIA. ELLA TAMPOCO:
_Finalmente miro mi sombra. Soy dios, diablo, infierno, nada. Lo único necesario para calmar el desasosiego de esta tarde es la lluvia (Inmadurez de reina)

Tras una larga charla regada por algún vino maldecible, queda una sola bala en el revólver. Ella sonrió ligeramente:
_Mi sangre no lavará las culpas.
(No hay talismán, conjuro ni milagro capaz de hacerle frente a la muerte)”







* Siete cielos de sal la vieron nacer, reír.
* La bendijeron las lunas aladas y poco más que el viento, la alabó.
* Supo, por esos huecos que las historias tienen, que no había límites para sus deseos.
* Caprichos de doncella, inmadurez de reina.
* Finalmente llegó el día en que el sol jamás se ponía en sus dominios.
* La armadura le hirió la piel, el frío cortajeó sus labios, el calor resecó sus cabellos.
* Nadie en aquel lugar la esperaba, de eso se puede dar fe.
* De eso, y también que sus ojos no se sorprendían ante los parajes crueles que cruzaban.
* Llegaron hasta las barbas del mismo Satanás, ella y sus valientes caballeros.
* El viejo diablo los recibió con beneplácito, frotando sus manos nerviosamente ante esta visita de la que el universo entero hablaba.
* Tras una larga charla, apenas regada por algún vino maldecible, Satanás arrojó, enfurecido, la siguiente frase.
* Es cierto que tú quieras ser la dueña del infierno?
* Ella, sorprendida, sonrió ligeramente, miró sus uñas poco femeninas y clavando los ojos sobre el diablo dijo.
* El diablo cayó de rodillas y la miró.
* Te doy mi alma, si tú te quedas con todo este embrollo, has sembrado un infierno en la tierra y mi sitio ya nada vale.
* Tu alma es una moneda de precio escaso, nada podrás ofrecerme, todo ya es mío –dijo ella.
* El diablo maldijo y corrió hasta el fuego, las llamas se ensañaron con él.
* Jamás oscurece en mis dominios, soy Dios, Diablo, cielo, infierno, nada más necesito, mi sangre no lavará culpas, sólo marcará mi nueva morada.




* Hay en el transcurso de toda sospecha, un sabor agridulce como la fruta que aún no está madura.
* Disfrazada tantas veces con los andrajos de la desesperación, la soledad se vuelve sola y ciega.
* El gato, recostado frente al ventanal, parece meditar sobre la vida, pero ese es un punto de vista muy humano, él simplemente descansa.
* La noche va eructando estrellas. No tiene apuro, al fin de cuentas, cuando esté totalmente extendida, deberá volver a retraerse.
* Otra poesía hecha con palabras invisibles sobre un papel que quema los ojos con su blancura. Es inútil escribir cuando la inspiración se quedó sin tinta.
* No siempre la sabiduría da buenos resultados, a veces, ser ignorante tiene sus ventajas.
* Miro mi sombra, anclada al cuerpo se somete sin necesidad a la enajenación del espíritu.
* Son salamancas, pero se disfrazan como lenguas de fuego, sabedoras de que los ojos humanos jamás aceptarán su existencia.
* La puerta no quiere abrirse. Detrás de ella, todos los secretos pugnan por ser liberados.
* Sobre el espejo, mi propia imagen sonríe, juega a que es feliz por un instante.
* Queda una sola bala en el revólver y no está convencida de querer salir.
* La piel no puede contenerse: destella pasión en cada roce.
* No hay talismán, conjuro ni milagro capaz de hacerle frente a la muerte.
* Llevo un beso urgente en los ojos, desespera por el momento del encuentro.
* La mano abierta es una flor que agoniza, no hay nadie para acariciar.
* Puro misterio encerrado en cada gota, eso es la lluvia.
* Por mucho que se esfuerce la lógica en mostrar la seriedad de su existencia, las emociones siempre se le ríen a carcajadas.
* El amor es como una telaraña, es la red más fuerte de toda la naturaleza, pero el viento más suave puede quebrarla.
* Un sol de mediodía muere sobre el río, avergonzado de iluminar pasiones que pretenden esconderse.
* Tranquila y constante, tu sonrisa tiene la medida del universo.
* Acordes de violín multiplicándose por todo el cuarto. Lo único necesario para calmar el desasosiego en esta tarde.