Este delirio de poeta que me hace escribir,
la tinta dibuja palabras que yo le transmito,
y los versos se transfroman en poemas sin destino.

Me inspiro en recuerdos de un pasado ya lejano,
en imagenes de una historia que llego a su fin,
y en sentimientos que aun hoy perduran en mi.

Cada estrofa me hace retroceder en el tiempo,
y a mi alrededor ya no hay vestigios del presente,
solo su figura existe en cada rincon de mi mente.

su voz resuena en el silencio de mis oidos,
su mirada encandila la ceguera de mis ojos,
como antes, todo mi ser empieza a depender de ella.

Un sonido lejano me transporta a la realidad,
y en el cuarto no quedan rastros de su existencia,
solo una hoja escrita con palabras gastadas,
que irremediablemente morira en el cajon de los amores perdidos.